¿Mató el Kemper al amplificador real?

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Desde que Line 6 revolucionó el mundo de los amplificadores de guitarra lanzando su icónico POD en 1996, este tipo de simuladores ha ido evolucionando y, de paso, ganando adeptos gracias a lo que muchos consideran su cúspide: el Kemper. Guitarristas de la talla de Mark Knopfler, John Mayer, Steve Winwood, Pat Metheny, Paul Gilbert o Matt Bellamy, por solo citar unos pocos, se han rendido a sus encantos y grupos como Metallica ya lo usan prácticamente en exclusiva para sus directos. Aunque esta tecnología aún tiene sus limitaciones, sus ventajas en cuanto a flexibilidad y comodidad y, sobre todo, un sonido cada vez más conseguido nos hacen preguntarnos: ¿Van a morir los amplis?

Un poco de historia

Muchos guitarristas recordarán el POD original lanzado en 1998 y que se popularizó sobre todo en la década de los 2000. Con su característico color granate y su forma de habichuela, el POD ponía en manos de los aficionados 16 amplificadores diferentes con solo girar un botón. Y no sólo eso, los vecinos y padres de todo el mundo se alegraban especialmente de que además, ¡se podía escuchar con auriculares! Lo que no muchos recordarán es que este dispositivo tiene su predecesor en el amplificador AxSys 212, «el primero en su clase» según Line 6 y que prometía «imitar casi cualquier amplificador del mercado» gracias a las nuevas tecnologías y al «modelado físico».

Foto: Line 6 POD, 1998

El modelado físico es un proceso por el que se «simula» la forma de onda de una fuente sonora (un amplificador, por ejemplo) a través de complejos modelos matemáticos. El problema de esta tecnología es que, para hacerla lo más real posible, debe tener en cuenta todos los componentes posibles de esa fuente sonora, lo que lo hace más complejo y, precisamente por esto nunca llega a acercarse del todo a lo real.

Foto: Line 6 AxSys 212,1996

Lo que ha hecho Christoph Kemper, el ingeniero creador del Kemper Profiler, es cambiar el concepto. Kemper, que también es responsable de los aclamados sintetizadores Acces Virus, empezó a interesarse por los amplificadores en 2006. Después de mucha investigación se dio cuenta de que el modelado requiere mucho trabajo y es limitado, ya que es imposible «copiar» todos los componentes que influyen en el sonido de un amplificador. Ciertamente, por aquel entonces el modelado no estaba muy bien visto por los guitarristas más exigentes. Como su objetivo era desarrollar una copia idéntica, lo que hizo es desarrollar un método por el cual se realiza una especie de «instantánea» o fotografía del sonido de un determinado amplificador.

Crear un profile (o perfil en español) de un amplificador es un proceso muy sencillo y rápido. En apenas unos minutos y con tan sólo rasguear tu guitarra y recoger la señal a través de un micrófono, el Kemper analiza la respuesta del ampli y genera una «instantánea» del mismo.

Pros y contras del profiling

Al igual que pasó con el POD, la «revolución» no se hizo esperar, con una gran diferencia: la calidad del sonido que genera el Kemper apenas se pone en duda. Si acaso, ligeras variaciones en algunas frecuencias (que se pueden compensar con el propio aparato) y la respuesta al tocar (sobre todo se habla de carencias en la dinámica). También se habla de que los efectos internos no están muy bien conseguidos, por lo que la mayoría de usuarios prefiere utilizar efectos externos. No obstante, parece ser que la empresa ya está trabajando desde hace un tiempo en la nueva generación de este aparato, que promete mejorar en este aspecto.

A pesar de estas ligeras carencias, cada vez más músicos profesionales del calibre de Pat Metheny o Matt Bellamy de Muse, virtuosos como Paul Gilbert o grandes leyendas como Mark Knopfler o Metallica se han convertido a la religión del profiling, haciendo copias de sus amplificadores de directo y cambiándolas por esta mucho más práctica y ligera cajita verde en forma de radio antigua. ¿Y cómo podríamos osar nosotros a poner en duda los oídos de estos gigantes de la guitarra?

Por lo tanto, si bien la calidad del sonido parece no estar en cuestión, lo que aún genera dudas es la sensación al tocar. Y es que la dinámica y el headroom que te proporciona un ampli de verdad es algo que parece se le escapa, por ahora, al Kemper. Así que la decisión de si hacerse con una de estas unidades o no dependerá más de cuestiones prácticas. Qué duda cabe de que es mucho más cómodo llevarte al bolo un Kemper y un par de pantallas que dos o tres amplificadores distintos. Luego está el tema del dinero, no es una unidad barata, pero por lo que ofrece (a parte de los que uno mismo haga hay miles de profiles tanto de pago como gratuitos para descargar) se podría decir que presenta una relación calidad precio excepcional. Por último, para aquellos que no se pueden permitir un estudio de grabación, resulta una forma de conseguir grabaciones excelentes y virtualmente indistinguibles en la mezcla de las que se hubieran hecho con amplificadores de verdad.

Por otro lado, no hay que olvidar que el Kemper es una «instantánea» del sonido de un ampli en un determinado momento. Y los amplis tienen vida propia. Sus componentes, desde las válvulas hasta los altavoces no generan el mismo sonido en todo momento y, a medida que se va calentando se pueden notar diferencias hasta pasada una hora después de encenderlo. Ni que decir tiene los cambios con el paso de los años. Y lo más importante, la forma de tocar del guitarrista supone un gran porcentaje del resultado final. Así que, no todo se puede copiar.

Luego está la pescadilla que se muerde la cola: Si el Kemper llegara a reemplazar los amplis, ¿con qué se harían los profiles? Efectivamente, no tiene sentido.

Conclusión

Así que la conclusión es clara, los amplis no van a morir, al menos en el corto plazo. Al contrario, si bien sufrirán un cierto impacto, convivirán como hasta ahora con esta nueva tecnología, que más que sustituirla, la complementa de forma práctica. Es decir, uno normalmente prefiere tocar con su propio amplificador, porque la sensación que te da al tocar es distinta, pero cuando tienes que ir de gira o necesitas grabar y no tienes presupuesto para probar varios amplis diferentes, pues te viene muy bien tener un Kemper a mano.

Lo mejor, como siempre, es probarlo uno mismo. Mark Knopfler tampoco se lo creía hasta que lo probó.