Visitamos la fábrica de Santa Cruz en California

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Fundada en 1976, Santa Cruz Guitar Company ha llevado siempre la fabricación de guitarras acústicas de boutique a la vanguardia del negocio de la guitarra acústica. Desde sus inicios, Richard Hoover ha buscado potenciar la pequeña producción para crear instrumentos excepcionales que realmente cambien el mundo.

Fabricadas de manera totalmente artesanal, las guitarras Santa Cruz están construidas bajo un estricto control del clima para que su estabilidad sea la adecuada. Están diseñadas por luthiers profesionales para que cada instrumento sea único e inigualable.

En nuestra visita a su fábrica, pudimos comprobar de primera mano el cuidado y dedicación que muestran todos los integrantes del equipo y su responsabilidad y amor por la madera.

Una de las bases más solidas que hacen de Santa Cruz una empresa tan especial, es su continua preocupación por la naturaleza. ¿Por qué? Porque su compromiso con la madera se resume en: recuperación, rendimiento sostenible y plantaciones responsables.
Todas sus maderas provienen de árboles caídos, troncos hundidos, viviendas antiguas, vigas de construcción, stocks de maestros carpinteros… Ellos buscan y encuentran la madera más resonante y con el mejor sonido posible por medios responsables y comprometidos con el medio ambiente.

Las cualidades sonoras de dichas maderas, mejoran con la edad debido a que sus resinas cristalizan una vez que la madera se retira de un árbol vivo. Utilizan este secreto para conseguir que todas sus guitarras acústicas posean un sonido vintage legítimo desde el principio.
Cada pieza de madera es seleccionada, una a una, por expertos luthiers que conocen a la perfección las cualidades sonoras de cada tipo de madera y eligen las más equilibradas y resonantes.
La mayoría de las guitarras modernas se ensamblan a partir de piezas precortadas que crean frecuencias aleatorias y pueden cancelar armónicos y limitar el sustain. Ellos emplean las técnicas de los maestros luthiers de violín para ensamblar manualmente las tapas y los refuerzos internos. Esto crea unos armónicos constantes, mayor sustain y un tono más equilibrado y definido.

La unión del mástil al cuerpo se realiza con la artesanal técnica manual con cola de milano, con lo que se consigue un mejor sonido y más control sobre la tapa armónica a la hora de montarla.

Esta técnica, utilizada por generaciones de maestros luthiers de violín, es un elemento crucial para que la expresividad del instrumento y su afinación sean perfectos. Su excelente construcción es ligera y fuerte a la vez.

Su durabilidad proviene de ingeniería inteligente, no de sumarle peso extra a los instrumentos. Santa Cruz incorpora principios de ingeniería en sus refuerzos parabólicos, que le dan a cada instrumento una potencia, resonancia y durabilidad adicionales. Sus primeros instrumentos, fabricados hace cuatro décadas, demuestran la solidez de dichos diseños tras el paso de los años.

Sus acabados se realizan con nitro-celulosa, derivada de la propia madera que mejora la resonancia sustancialmente. La nitro-celulosa es el mejor acabado para los instrumentos de cuerda de acero, aunque no es utilizado por muchas otras marcas por su alto coste, debido al tiempo empleado en la aplicación de sus numerosas capas.

Su política es crear instrumentos de luthier, sin apenas utilizar técnicas de fabricación modernas. Utilizan una maquina Plek para asegurarse al 100% de que los trastes están nivelados a lo largo de todo el diapasón. Su personalización de guitarras se realiza con orgullo y los mejores materiales posibles para satisfacer las preferencias de sus clientes, tanto estéticas como sonoras. Sus únicos límites son la física y el buen gusto.

Actualmente construyen unas 500 guitarras al año, lo mismo que fabrican otras conocidas compañías en un día y medio. Ahí está el secreto. No se limitan a fabricar instrumentos en serie para conseguir ser el Top ventas, sino fabricar un instrumento único y especial. Desde la selección de maderas, siempre bajo su estricto compromiso con el medio ambiente, hasta el testeo final, cada guitarra pasa por las manos de profesionales experimentados amantes de las guitarras, consiguiendo un resultado inigualable.

En resumen, Richard Hoover ama la naturaleza y está muy concienciado con el medio ambiente. Esto hace que todas sus maderas provengan de plantaciones responsables y no de la tala indiscriminada de bosques.

La caoba, el palorrosa de India y Brasil, el cocobolo o el abeto alemán con décadas de secado natural, consiguen ese tono imposible de conseguir en guitarras de producción en serie y que hacen tan especiales a todas y cada una de las guitarras que salen del maravilloso taller de Santa Cruz.

Artistas de renombre como Brad Paisley, Don Edwars, Otis Taylor, Janis Ian o el mismísimo Tony Rice, del cual ya tenemos disponible su modelo signature, utilizan las guitarras Santa Cruz. Unas guitarras de otro mundo, para hacer que este mundo sea aun mejor.